
Como ya se ha descrito, conforme a la naturaleza de su magia las brujas se dividen en:

Las brujas blancas que se unen a una religión y se dedican al Ser Supremo; sus poderes mágicos los obtienen a través de ángeles, santos o espíritus de difuntos y los utilizan en beneficio de la comunidad a la que sirven; los ejemplos más comunes son la preparación de medicinas, la curación, conjurar hechizos para asegurar buenas cosechas, etc. Estas brujas practican la cristalomancia, que es el arte de la adivinación y jamás conjurarán a los muertos o a los poderes naturales para que actúen en contra de sus enemigos.

Las brujas negras quienes tienen un pacto con el diablo y se entregan a la adoración de Satanás o de dioses falsos (esto en la religión católica), sus conocimientos van más allá de los obtenidos a través de los libros sagrados o del estudio de la naturaleza. Practican la brujería con el objeto de influenciar en la mente o cuerpo de las personas contra su voluntad o sus creencias; entre sus prácticas más conocidas están la necromancia o nigromancia, que es la adivinación a través de los espíritus de los muertos o cadáveres y la utilización de amuletos y hechizos para atormentar mental y físicamente a sus enemigos.

Estas brujas comúnmente tienen a su cargo discípulas a quienes enseñan sus conocimientos y prácticas, la manera más común de atraerlas es ofreciéndoles recompensas como la belleza, el atractivo sexual, una vida larga que va más allá del siglo; a cambio de esto las discípulas y las brujas negras no pueden tener hijos, su belleza es efímera y cuando mueren, Satanás las devuelve a la tierra en forma de un ser inferior, como los sapos o las lombrices.
1 comentarios:
Esto no tiene nada q ver con la religion catolica
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